La tecnologia y la estetica personal estan haciendo estragos con la relacion entre mi Nokia 1600 y yo. Uno de mis mas leales amigos pide el relevo despues de seis años y medio prestandome sus servicios. Me ayudo a saber donde encontrar e informar donde encontrarme, a chamuyar (mal), para saludar los dias de cumpleaños que recordaba (tengo el telefono desde antes del boom del Facebook), o para hacerme pasar papelones con mensajitos fuera de lugar a horas mas fuera de lugar todavia. Se banco miles de maltratos fisicos, ya fueran accidentales o no, y me vi forzado a cambiarle la apariencia cuando el modelo de su carcasa ya era dificil de conseguir... para volver a ser dañado severamente, al punto de tener que llevar una gomita para sostener la tapita de la bateria. Esa bateria que llego a durar desde la noche anterior a irme de viaje de egresados hasta la madrugada que arme el bolso para volver.
El mas grande orgullo, que no quepan dudas: El asombroso record de Rapid Roll. La abismal cifra de 5616 puntos, aun cuando reviso la carpeta de juegos para verificarla, me doy cuenta que todavia marco a ciegas los comandos rapidos para llegar. Menu, 7, Derecha (es el segundo juego). Horas y horas paveando con el aparatito entre mis quince y mis diecisiete, nada de mensajes de minitas, ni las llamadas de numero privado que nos daban la ilusion de tener una pretendiente y siempre terminaba siendo un amigo mas al pedo que uno todavia, que ilusos (no hay redundancia por mas que parezca).
Y en estos dias estoy por despedir a un hermano, al que enmudeci tras terminar odiando sus tonos monofonicos horripilantes relegandolo al sepulcral escandalo bolsillero del vibrador, salvo cuando esperaba mensajes importantes, y cuando pongo el despertador con el sonido de 'El mas grande sigue siendo River Plate' de Ignacio Copani. Va a ser suplantado por alguno menos modesto, pero sin dejar de ser austero por mas que tenga internet movil y camarita.
