La de la Remera.

Una noche de copas con sus pibas, la Negra aparecio con una bolsa de supermercado que contenia estropajo gediento a kerosene, a la voz de 'Traje algo para tirar'.

Semanas antes, estaba la protagonista de la historia de hoy cogote que viene cogote que va, como dicen los Caligaris, con un mucachito en el bar. Todo desemboca en la piecita del susodicho chongo para dar rienda suelta a la libido, y en medio de lo que formalmente se denomina copula, irrumpio un olor a quemado barbaro. Semejante baranda no puede ser participe de un trio, por lo tanto lo unico que logro es interrumpirles el polvo a los dos jovenes. Al costado de la cama, la remera de la Negra ardia en llamas sobre una estufita a kerosene. Nada grave, ojo, la casa del pibe no se quemo gracias a que la dueña de la remera actuo rapidamente haciendo el papel de bombero nudista, pero la prenda sufrio daños mas que considerables. El mas curioso: un agujero que dejaba escapar una teta. La inutilizable pilcha fue cubierta con un chalequito que uso la Negra esa noche, de esos que usan las minas para tirar un poquito de facha, no tapaba mucho, pero hizo su colaboracion para que la infortunada se animase a irse a su casa en un remis, dado que su chonguito no era el tipo mas atento y caballero del mundo justamente, por lo que no le ofrecio ninguna remerita para salvar la ocasion.

La prueba del hecho fue oculta en el fondo del ropero, dentro de la bolsita de supermercado que mencione en la introduccion, y estuvo semanas ahi dado que la Negra no se animaba a tirarla a la basura por miedo a que su familia descubriera esta anecdota tan buena. Medio boluda la Negra.

Y semanas despues, se decidio a llevar la bolsita a la casa de su amiga para tirarla ahi, y les conto a todas lo que paso, y a varios amigos mas, a mi, y me dio permiso para que yo lo escriba.